Si dejara entonces
Que mis manos aspiraran letras
Que mis brazos acariciaran versos
Que mi alma exhalara canciones
Si mis besos se convirtieran
En novelas aun no escritas
En dramas
Impregnados de piel
Donde en el primer acto
Los personajes se disuelven
En medio del ritmo frenetico
De dos cuerpos
Uno contra el otro
Fundidos en serenatas
De amores eternos
De respiraciones agitadas
De murmullos
Casi imperceptibles
En amores compartidos
Entre sabanas multicolores
Se miran
Juegan a los cíclopes de Cortázar
Llega la noche
Y la luz de la luna
Inunda el lugar de los amantes
Que se buscan
Sus cuerpos casi ligados
Comparten en silencio…
Ahora la obra casi trágica
Hermosa
Se convierte en prosa
Tiempo después en poesía y las palabras
Que respiran en el aire, dando giros
Comienzan a dispersarse
Ya no queda sino el nocturno
El sonido del piano desgastado
La guitarra clásica
Que interpretas en mi cuerpo
Inexplorado, selva virgen
Que se abre ante ti
Como terreno desconocido
De amores vencidos y gastados
Y lo colmas de besos sin nombre
De caricias sin tiempo
De noches compartidas
Entorno al vino
A las noches sin dormir
Al amor repetido
A las sensaciones nuevas
A la sucesión de imágenes
Recurrentes
Cíclicas
Tu cuerpo
Volcán en erupción
Tus ojos
Mar abierto de horizontes cercanos
Tu espalda
Geografía inconclusa
Todo tu cuerpo
Toda tu alma
Respira tan cerca
Vive
Late
Dentro, tan dentro
Que ni la distancia
Ni los días
Borran las huellas
Nada podrá
Desafiar las leyes de este amor
Que nace entre canciones y versos
Nada podrá, jamás
Ser más hermoso
Que la luz del sol en constante creación
Sobre tu cuerpo desnudo
Sobre tus inmensos
Ojos azules
Que relatan cuentos