Cuando llegué a casa, en el tapete de la entrada había una mariposa... estaba ahí, posada, tratando de levantarse, de abrir las alas y volar alto, muy alto... Ví que no podía moverse, que trataba de desplegarse y algo lo impedía... la subí a mi mano y abrió las alas, eran azules tornasoladas, con tintes rojizos y patitas medio cafés... tiempo después la coloqué en el jardín, se posó sobre la flor morada y trató de moverse, al fin pudo abrir completamente sus alas... estaban rotas
Mariposas que ayer solo fueron humo...
1 comentario:
La fragilidad de sus alas, como cualquier instante de melancolia.
Sentimientos absurdos.
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