Hoy me quemé el brazo. Empezó como una llaga chiquita, roja, que se movía lenta. Ahora se inflamó y es como un gusano que se mueve rápido. Ya no me duele. Quedará la cicatriz y el recuerdo, como todo. Ahora escribo, apoyo el brazo y me duele, ya no lloro.
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