jueves, 29 de marzo de 2007

La primera...


Una taza de café no tan cargado
No, una lágrima, por favor
Leche con un poquitito de café
Nada más, nada menos
En un atardecer, no tan soleado
Brisa en la noche
Viento que ensordece

Mutismo, recorrido
Otra taza más
Y otra tarde que se va
Como el correr lento de los días

Y esta ausencia que ya no es
Este anhelo absurdo de tener
El compás del reloj
Y un mate sin beber

No es usted, soy yo
Nada puedo hacer
Para calmar esta incertidumbre
Mirar lo desconocido
Y en él no reconocer

No me conozco
Apenas empieza la búsqueda
De este ser errante
Un poco taciturno

Así como el flamenco
Sin finalizar
Esos amores que tengo
Esas lágrimas
Sin ritual

Mis ojos
Desorbitados
Buscan un cigarrillo a medio encender
Mis manos
Cansadas
De tanto buscar, sin encontrar, sin pretender

Olvido lentamente
Quien soy, quien era, quien debo ser
Identidad falsa, emigrante en tierra distinta
Distante

1 comentario:

Nicolás dijo...

¿El viaje te despierta todo eso? ¡Qué buen viaje! ¡Qué manera de vivir y sufrir! Brindo por eso, con café brasileño, con mates uruguayos.