jueves, 16 de abril de 2009

Amarte, a Marte



Para amarte
No hace falta recoger pedazos de luna
Ni siquiera emprender viajes al espacio
O comer estrellas


Para amarte
No necesito más
Que un poco de sueño
Un poco de sentimiento
Un poco estar a tu lado
Escucharte respirar
Escucharte hablar
Escucharte, en silencio

Para amarte
No hace falta recordarte
Para amarte me aferro a tu recuerdo
Para amarte me entrego al infinito vacío de lo inconcluso

Para amarte, no es más que la incertidumbre
El vacío del beso
El abrazo del retorno
El amarte en silencio

Una vez más, para amarte
Volviendo al círculo, al círculo de fuego
De colores múltiples
Vuelvo al centro
Donde el infinito arde
Y el amor, es un poco más sincero

Ciudad en pedazos


La ciudad convulsiona
a las 6 de la tarde
cuando el sol ha caído
y se oculta tras los cerros

En la tarde la ciudad estalla
y los caminantes cansados
recogen pasos de angustia
miradas de pánico y desasosiego

La ciudad jamás estática
estalla al atardecer
y los demás incautos
corren tratando de salvar fragmentos de vidas pasadas

La ciudad, centro caótico
en algún espacio, tiempo detenido
regresa en círculos
engullendo autos, buses, motos, bicicletas, caminantes

La ciudad no devuelve
la ciudad del trópico aniquila
la ciudad casi selva, a las 6 de la tarde

miércoles, 15 de abril de 2009


Ya no hay lunas gitanas

No hay cantos ni risas estruendosas

No están tus pasos adornando los caminos

Ni tu sonrisa silenciosa


Ya no hay danza gitana

No hay manos que trazan líneas

Solo moscas merodeantes

Que recuerdan la angustia


Ya no hay soles, ni lunas

Ni palabras, ni versos

Ni gestos, ni lágrimas (que es lo que quedaba siempre)

Sólo silencios que no gritan nombres

Silencios acompañados de ausencias


Ya, acabando el día

Puesta la noche en el regazo

Nos despedimos a través de las ventanas

Empañadas de algún aeropuerto

Mientras te deslizas, caminando cariz bajo

Y yo, desde el otro lado, intento sonreír

Intentando que creas, que después del después

Podremos volver a estar juntos

Una mañana, una tarde

Con un café y uno que otro cigarrillo

Mirando en silencio

Hablando en silencio

Cómplices de tanto

Y de nada


Todo se confunde

Solo hay trenes surrealistas

Colgando de cuerdas en el techo

Moviendo la maraña de recuerdos

Que a partir de ahora

Tendré todas las noches

La noche de tu partida

La noche del abrazo eterno

Y de la palabra nunca dicha