Mostrando entradas con la etiqueta Intentos de Poesía. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Intentos de Poesía. Mostrar todas las entradas

viernes, 27 de enero de 2012

Días de.


He decidido
Clasificar mis días
En diversas categorías:
Días fríos
Días de lluvias intermitentes
Días de soles escondidos
Días de gritar
Días de huir
Días de sopas invisibles
Días de correr
Días de caminar lentamente
Días de saltar
Días de comer
Días de nieve
Días de amigos
Días, y en los días
Pocas noches,
Ninguna noche,
Las mil y una noches
Si es que conté bien,
Si es que no perdí la cuenta
En la segunda noche
Porque no existen.
Solo días,
Días de intermitencias extrañas
Días de toparse con enemigos
Días de encuentros amorosos
Días de rupturas
Días de casas invisibles
Días de lugares inventados
Días de casas imaginarias
Días de buscar trabajo
Días de desespero
Días de mirar por la ventana
Días de lámparas rotas
Días de ladridos de perros ajenos
Días de gatos creados
Días, y ninguna noche
No hay noche
La noche no cabe en estos días,
La noche ha decidido
Quedarse en su sitio
Y no volver
A desplazar
Al día
Una vez más
Ni otra vez
Ni nunca.


martes, 4 de octubre de 2011

Zapatos cafés


Jesús Cisneros-Ilustrador. 

Hoy reconocí,
Los zapatos de papá
En un concierto que ya no recuerdo.

Eran unos zapatos cafés
Que me recordaron
Los días felices,
De infancias y juegos,
Donde buscaba los zapatos de papá
Y  caminaba dando tumbos
En la casa que evoco
Como si fuera ayer.

Recordé los zapatos de papá,
Entre otras memorias,
Y mis ojos, por un momento
Se volvieron de cristal
Y pensé en la despedida
Y en el abrazo
Y en las palabras
Y en los barcos hechos de maderas irrompibles
Y pensé en papá
En los zapatos cafés
Y en el concierto que ya no recuerdo
Y en los recuerdos que se agolpan
En este poema,
Que se repiten,
Que intentan inventarse
Después de no encontrar sinónimos
Que se le parezcan.

El recuerdo
Sí, el recuerdo que recuerdo
En mi memoria
Lo que quedó de los zapatos cafés
Y de la infancia que ahora
Me hace sonreír.

Memorias y recuerdos van de la mano
Están ligados,
Por lo menos en mi cabeza
Así funciona.

Hoy pensé en ti, papá
Y en tus zapatos cafés
En nuestros secretos
Y risas compartidas
Y fui feliz,
Por ese momento fui feliz. 

jueves, 8 de septiembre de 2011

Entre lluvias y ventanas.


Y la gente corre desprevenida,
Dando pasos agigantados, huyendo de la lluvia.
A una señora se le rompen los zapatos,
Da un manotazo en el aire, llora por la pérdida y sigue caminando.
Pasos más tarde se encuentran unos zapatos rotos, mojados
Tira los viejos y se pone éstos.
Sigue corriendo y se pierde entre la  gente que la observa expectante,
Diez mil ojos en diez mil ventanas,
Todos ven la lluvia que amenaza con cortar cabezas,
Todos en silencio ven como una a una caen las gotas
Que destruyen los rascacielos,
Que inundan las calles,
Que acaban con el silencio acostumbrado.

miércoles, 20 de abril de 2011

Verde cuervo, verde árbol


















Blanca la nieve.
negro el cuervo que se posa sobre el árbol verde,
púrpura el columpio que se balancea de un lado hacia el otro,
amarillo el campo de maíz quemado.

Negros los cuervos que vuelan y se miran,
grises las huellas que dejan en su vuelo,s
silenciosa la lluvia al deslizarse en la ventana,
desesperante el tic tac del viejo teclado cuando no se sabe qué escribir...
tic tac, tic tac
pará, pará teclado,
que no hay nada más que decir.
hace calor y la nieve se derrite,
hace calor y la nieve es negra cuervo,
negra la nieve, negro el cuervo,
negra la sangre de la pared,
negro el cuervo, verde el árbol
amarillo el campo de maíz, púrpura el columpio quemado.

Amarillo el cuervo, verde la nieve, púrpura el campo.

jueves, 16 de abril de 2009

Amarte, a Marte



Para amarte
No hace falta recoger pedazos de luna
Ni siquiera emprender viajes al espacio
O comer estrellas


Para amarte
No necesito más
Que un poco de sueño
Un poco de sentimiento
Un poco estar a tu lado
Escucharte respirar
Escucharte hablar
Escucharte, en silencio

Para amarte
No hace falta recordarte
Para amarte me aferro a tu recuerdo
Para amarte me entrego al infinito vacío de lo inconcluso

Para amarte, no es más que la incertidumbre
El vacío del beso
El abrazo del retorno
El amarte en silencio

Una vez más, para amarte
Volviendo al círculo, al círculo de fuego
De colores múltiples
Vuelvo al centro
Donde el infinito arde
Y el amor, es un poco más sincero

Ciudad en pedazos


La ciudad convulsiona
a las 6 de la tarde
cuando el sol ha caído
y se oculta tras los cerros

En la tarde la ciudad estalla
y los caminantes cansados
recogen pasos de angustia
miradas de pánico y desasosiego

La ciudad jamás estática
estalla al atardecer
y los demás incautos
corren tratando de salvar fragmentos de vidas pasadas

La ciudad, centro caótico
en algún espacio, tiempo detenido
regresa en círculos
engullendo autos, buses, motos, bicicletas, caminantes

La ciudad no devuelve
la ciudad del trópico aniquila
la ciudad casi selva, a las 6 de la tarde

miércoles, 18 de marzo de 2009

Dream, a little dream of me


Alguna vez te dije que era un ave, libre, que volaría lejos, partiría pronto, emigraría después, te dije que no estaría aquí para siempre, que algún día me verías volar, que llegaría el momento, la estación precisa, donde desplegaría las grandes alas de mariposa que alguna vez construí y recorrería universos paralelos, mundos multicolores, cosmos verde-azules, alguna vez te lo dije al oído, con mis más secretos odios y angustias y jamás lo creíste, siempre estuviste ahí mirándome con esos ojos fijos de persona que ha permanecido ausente durante mucho tiempo, haciendo el que escuchabas, sin parpadear, mirándome sin mirar, y yo, repetía hasta el cansancio que pronto desaparecería y que no intentaras retenerme porque luego sería demasiado tarde, y tu, tu esbozabas una sonrisa y seguías mirando ausente, pretendiendo que te importaba… No era así y lo sabías, sin embargo intenté alargar mi estadía unas horas más, unos segundos más, donde pudiera ver tu rostro sombrío y posteriormente emigrar, como lo había planeado días, meses, años atrás, cuando nos sentábamos en el viejo café a hablar de lo de siempre, a escucharte titubear, mencionar algunas leyes, decretos, sentencias, y yo te observaba, sentada ahí, fumando y dejándome llevar por la melodía de ese jazz que marco nuestro destino como al azar, dream a Little dream of me salía la dulce voz de Ella, y tu seguías con tus eternos monólogos de viejas constituciones, y yo te miraba, fijamente, y sentía que tu rostro empezaba a desvanecerse al compás del humo y del jazz, y de pronto, un estruendo, un pequeño fruto del árbol ubicado justo arriba de nuestras cabezas caía en mi espalda y me volvía a la realidad, como una pequeña dosis de realismo mágico, un momento de salida, la puerta más cercana… de pronto ahí estábamos otra vez, tú con tus leyes yo con mi jazz, y mis cigarrillos y mis versos imperfectos, los mismos que nunca quisiste escuchar porque te daban sueño, te cansaban, te hartaban porque nunca los entendías o al menos eso era lo que decías mientras movías las manos de un lado a otro desesperado porque no lograba entenderte, porque no nos lográbamos “comunicar” , esa era tu palabra favorita, la utilizabas siempre, la misma absurda y molesta muletilla de la comunicación y el entendimiento, cuando lo único que quería era que me besaras, que me abrazaras, que escribiéramos poemas juntos y nos acostáramos debajo de los árboles, no a hablar de leyes ni de libros, no a hablar de sonidos ni de silencios, simplemente tendernos bajo la sombra, tu y yo, como alguna vez lo hicimos, antes de que todo esto pasara, antes de que tu voz tuviera el mismo sonido de los relámpagos, de la lluvia al chocar fuerte contra la ventana, del golpetear de las olas del mar enfurecido… Afuera llueve, y el incesante sonido de las recurrentes gotas me traen otros recuerdos, otros momentos, situaciones en las cuales no existían estereotipos ni planificaciones, no había futuros ni pasados, el pasado era sólo eso, un fragmento, un vestigio, una noción que había quedado atrapada en el reloj del cuarto de estar.

Cuando nos conocimos, te repetí hasta el cansancio que era libre, y que lo seguiría siendo a pesar de los tropiezos… curiosamente, ese día, en el mismo café Ella decía “Just say "goodnight" and kiss me, Oh, hold me tight and tell me you miss me; While I'm alone and blue as can be, Dream A Little Dream Of Me” , cuando esté así, azul, azul como puedo llegar a ser, sueña, suena un poco conmigo… quería que me soñaras libre, fuera de tus cárceles (que te remitían siempre a los sistemas penales y no sé cuántas cosas más) fuera de tus jaulas, de tus acusaciones constantes, de tu mirada ausente, mirada que retornaría de cuando en cuando para recordarme cuán infeliz me había vuelto a tu lado al paso de los años, ya el jazz no te parecía dulce como los primeros días, el jazz ahora te parecía estridente, de negros, incómodo, el sonido de la trompeta (¡hermoso sonido de la trompeta en días de lluvia!) te destrozaba los nervios, y empezabas a caminar en círculos, molesto, incómodo, me mirabas (con la misma mirada ausente) y salías taciturno después de azotar la puerta. En esos momentos de libertad, fuera de ti y de tus jaulas, le subía el volumen al “West End Blues” de Armstrong y empezaba a sonreír, a construir las alas que finalmente, me llevarían a los lugares apartados, a algún lugar lejos, lejos de ti.

jueves, 5 de marzo de 2009

Fantasma de invierno

Que mis manos hablen por mi
Que mis sueños se derrumben al oir tu voz
Que mi sangre se convierta en hielo
y tu, fantasma de invierno
desaparezcas de mi vida

Dos estruendos al pasar el silencio
la bruma silenciosa apagaba las caricias
y una loca enamorada gritaba sin sentido
las elocuentes palabras que dijiste al partir

El tren dejó las esquirlas de un amor muerto
el vitral se rompió
y en la ciudad se propagó el incendio
de un corazón en mil pedazos

¿Amaste alguna vez?
todavia creo sentir tus pasos tras de mi
y el sonido de la lluvia
calma el desamor

La ultima copa de vino
el cigarrillo encendido
un jazz nocturno
y tu, fantasma de invierno
desapareces, en la nada

Por momentos

Quizá después de abrir los ojos
y un poco antes del amanecer
te veré dormir a través de las ventanas
rotas por una que otra tempestad

Mentiré, recordaré y maldeciré
una vez más tu presencia inconclusa
la misma presencia que sabe a cal
a olvido, a hiel

¡Es tiempo ahora de dejarte atrás!
fantasma que insiste, que corrompe
no puedo permitir que aparezcas
dejando el desorden acostumbrado

Es hora entonces, de dejar el vestido de tristezas
recorrer el sol
y dejarte, como un leve recuerdo
que impregnó alguna vez de luz, uno que otro sitio oscuro

Desaparece, sal de mi vida
no insistas en quedarte
mi corazón inquieto insiste
en dejarte ausente

miércoles, 25 de febrero de 2009

El del sol incandescente


Reinaldo araba la tierra
Reinaldo se retorcía con las lombrices
Reinaldo se partía la espalda en dos bajo el sol incadescente de la Isla
Reinaldo, estás muerto y tu fantasma está más vivo que nunca

El recuerdo de lo que fuiste
impregna las paredes de los múltiples infiernos
de tus múltiples espantos
Reinaldo, la Isla se fue tragando tu alma
y el mar devolvía partes de tu vida

Reinaldo, escupiste sangre
te revolcaste en la mierda del emperador
tu voz siempre fue la mejor arma
en contra de un régimen pululante

Reinaldo fuiste entonces auténtico
recorriste los caminos de la libertad tan anhelada
de la libertad que conociste
tiempo después, a través de una ventana en New York

Alicia Amattí

sábado, 21 de febrero de 2009

Me cansé...


Me cansé de fingir amores inciertos
de pretender que los corazones siguen latiendo
mientras todo, simplemente, empieza a derrumbarse
al compás del silencio que fue siempre el testigo de nuestros encuentros fugaces

Quizá me cansé de buscarte
de encontrar en ti algo diferente, algun tipo de comprensión exagerada
Simplemente y en este momento
cuando no sé escribir, debo decir que te he borrado de mi existencia

Si en algún momento, estuviste merodeando en sueños
es hora, fantasma de invierno que desaparezcas de mi vida
dejándome aquí, en el lugar de siempre
esperando, añorando, extrañando los recuerdos
que se viven mejor, a través de la ausencia

Pd: Creo que es el "bosquejo de poema" más malo que he escrito en toda mi vida, pero bueno... para malos momentos, eso es lo que hay...

lunes, 16 de febrero de 2009

Coincidencias


Buscando coincidir
en medio de los caminos distantes
te pierdes en medio del smog
y camino, a cualquier paso, sin pedir ayuda, sin mirar atrás
dejando todo recuerdo, cualquier cosa que me haga olvidar
algun sentimiento intrometido

En medio de mis angustias, dejo que desaparezcas
sin permitir el rastro, la huella
buscando coincidir, reincidir en tu boca
y exhortar los malos ratos

Y por alguna extraña razón
me siento devorada por las entrañas de la ciudad en vela
cuál hijo de Saturno
buscándote sin pretender, extrañándote
y realizando algún duelo que me permita
retratar tus ausencias ...

Pd: Despegando... despegando sólo un poco

miércoles, 11 de febrero de 2009

¿Cómo, cómo no?


Cómo no quererte si sos parte de mis entrañas
de mis más reconditos escondites
de mi sangre
de mis silencios

Cómo no quererte si sos complice de mis sueños
si tu corazón late al compás del mio
si sos parte de mis visceras
de mi vientre

Cómo no quererte si en tu sonrisa está la mia
en tus tristezas están mis lágrimas
en tus venas corre mi espera

lunes, 26 de enero de 2009

Allá en el horizonte

Algo para comenzar, cruzando palabras, evocando imágenes, anhelando tantas cosas...


Inicio, llegada

despedida, horizonte

mar extendido

lejos, tan lejos

donde las palabras apenas llegan

apenas alcanzan



Caracolas púrpuras, líneas imaginarias

juegos de palabras, nostalgias que el tiempo sana

sí, es esta la línea que se cruza

la línea del mar, de la sal


No traigas nada,

no te lleves la arena, ni las caracolas

los pies del océano, los recuerdos

solo traeme tu presencia

y evócame uno que otro instante

jueves, 4 de diciembre de 2008

Cuántas, cuántas

¡Cuántas lágrimas
Habrán de escurrir mis ojos!
Mi cuerpo desgastado
Las arrugas incipientes

Cuánto dolor pasará
Por este lugar
Tan ajeno, tan involuntario
Tan distante

Cuánto dolor, cuánta angustia
Cuánta incertidumbre
En un cuerpo
Que lentamente deja de pertenecerme

Espejismo

Sentada al borde del precipicio
Una mariposa risueña me mira
Esbozo una sonrisa y huye

Rato después una mariposa infeliz
cansada, desorbitada posa sus
patas azules sobre las cenizas del viejo cigarrillo

Al caer la noche, se unen
se miran, vuelan por caminos distintos…
Revelan su desnudez en el ocaso
mueren en la noche, con las alas fatigadas y los labios resecos

Así, un día en la vida
de la mariposa que me mira
y ya no sonríe

Alicia Amattí

jueves, 23 de octubre de 2008

Momentos de Martín


Hace algunos años (no muchos) nos dedicamos a recorrer las calles de Cartagena... ahora los recuerdos se agolpan y la poesía , como siempre, cómplice de nuestros días, viajes... Te amo Martín.



Amiga, ves sobre las olas
una sombra casi inerte,
rendida, sin luchar.
Esa, antes fue mi alma.
Esa, ahí en el mar.

En esa nube de sal,
esa que la brisa hace hostil y violenta,
en ella se aleja mi alma.
se eleva y muere sin más.

Ven, estréchame en tus brazos
que allá, por esa calle solitaria,
en alguna parte, cerca de aquel farol,
mi alma se ha ido dejándome solo.
Tú no me dejes nunca…
Por favor.

(Getsemaní, Cartagena de Indias, Enero 27 de 2006)
Martín Elias Morales

lunes, 4 de agosto de 2008

Sentir

He de sentir tus labios
Desconocer tus pensamientos
Recorrer tu alma
Sumergirme en tu cabello

He de conocer tu mirada
Recordar tu ausencia
Esperar el alba
Inmortalizar tus caricias

He de esperar tu silencio
Añorar tu presencia
Ritualizar los besos
Entrelazar las manos

He de conocer
De tenerte
De tocarte
De sentirte

He de ser, en tu ausencia
Esta agonía
Esta letanía
Este dolor tan cotidiano

viernes, 30 de mayo de 2008

De Matisse y Picasso

Entre palabras, silencios y quizá
un diálogo inexistente entre cuadros
y algo del color que plasmaba
Matisse , sus abrigos rumanos
serían más que el círculo pendiente
entre la linea divisoria de lo opuesto.

Alicia Amattí

Dimensión

Al entrar a la otra dimensión
en el ala izquierda de la cama
un poco a la derecha, entró
sin preguntar a donde quizá
se quedaría el resto de su vida.
Días después, preguntarían por ella
y por el extraño hueco
encontrado en el ala izquierda de la cama
un poco a la derecha


Alicia Amattí