viernes, 12 de diciembre de 2008

Poema a la Maga


Mujer, mujer pez... Julio Cortázar, Rayuela y las mujeres de Modigliani



-Vos… -dijo Oliveira mirándola colérico, y se interrumpió para abrir la cerveza con un

golpe de la mano contra el borde de una silla. Estaba viendo con tanta claridad un boulevard bajo la lluvia, pero en vez de ir llevando a alguien del brazo, hablándole con lástima, era a él que lo llevaban, compasivamente le habían dado el brazo y le hablaban para que estuviera contento, le tenían tanta lástima que era positivamente una delicia. El pasado se invertía, cambiaba de signo, al final iba a resultar que La Piedad no estaba liquidando. Esa mujer jugadora de rayuela le tenía lástima, era tan claro que quemaba.

sangre en las venaste digo y me decísy nuestro pulso, cruel detractor de barbaries

que no conocimos, perpetuo carnaval que se nos

aparece junto a los ojos…

felina, la mujer-pez se acerca y me acaricia, me mima

con sus palabras escritas en un viento cambiante, que

acompañó la mutación del mar, el cambio de estaciones

sagrado…

y saber que cada vez falta menos, que nuestra época

todavía no ha comenzado, y que inventaremos historias

hermosas con finales tristes en alguna habitación

vacía, que nos tendrá como únicos habitantes


y treparemos a las paredes

y dejaré que me mates

para matarte luego yo


y quizás nos encontremos una noche de lluvia,

y contemplaremos, seremos los testigos de esto que

no me animo a definir como historia, libro o mandala,

nuestra hermosa y maldita cárcel kármica que supimos

conseguir…


no le hagás caso a mi voz…vos sos la

verdadera voz, la palabra, el designio…yo soy el

dibujo, la imagen vista desde lejos, ese que se te

acercará, te devolverá tu corazón de cristal despuésde tanto tiempo, y te abrazará, te besará y te invitará a nadar contra la corriente a su lado parasiempre…

el milagro de los colores

tu pelo, mitad

hermosa cara para ser dibujada

voy a desterrarte infinitamente de tu cárcel,

vos no estás hecha para seguir formando parte de

colecciones, de listas aleatorias y humanas…

somos culpables de la eternidad, Maga…la

palabra maldita te encierra, a mi también…vos sos la

Maga que me encontró, yo soy el Leandro que un Mayo te

quiso dibujar…


estamos rompiendo las leyes de la identidad

convencional, estamos destrozando las imaginarias

barreras de espacio y tiempo, nunca creimos en las

distancias ni en los mares premonitores…aunque se

que aún existe un miedo…se que la entrega tendrá que

ser absoluta, o no servirá para nada que hayamos

engañado a los relojes…

perfecta musa para este pintor de muñecos desnudos

cuando nos veamos de nuevo detendremos los

relojes, y permaneceremos eternamente en ese primer

día, nuestro libro nunca dejará de comenzar, nos

sorprenderá con las metáforas de las que formaremos

parte…la penúltima canción continuará sonando…

vamos a enterrar a nuestros yo equívocos

quiero equivocarme de nuevas maneras a tu lado
poeta maldita,

dama asesina,

princesa vampira,

mujer, mujer-pez,

ojos de gata,

Maga,
mi error más hermoso

o mi hermosura más errónea…


preparemos las alas, mitad…
vas a ver que los peces pueden volar…


sé que lo sabés, Maga…se nota en tus naturalidades, en la forma de caminar, en la manera de alzar la vista irónicamente, la mayoría confunde ese gesto con ingenuidad, yo lo entiendo, yo soy la Maga, la no-Maga, la coraza, el cigarrillo en lugar de la metáfora, el deseo de dejar de existir, el deseo de empezar a existir…


-Che, te estás poniendo metafísico y viejo, L. -sonrió entre dientes, luego de decir por segunda vez esa oración, en apariencia inocente y hasta jocoso, pero sabiendo ( o sin saber) que era eso… que era verdad…

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