miércoles, 2 de diciembre de 2009

Acerca de la escritura automática


Afuera llueve, ya no hay tiempo, las gotas cada vez son más pesadas, más lejanas, más extrañas... tip, tap, tip, tap, golpean la tierra, golpean las hojas, golpean el cemento, tip, tap, el sonido recurrente, la lluvia que no cesa, el dolor que se incrementa... pasan los días, la lluvia continua penetrando los pequeños espacios que van quedando atrás... sí, pasa el tiempo, y cada año va quedando una vieja partícula atrás, un momento perdido, un recuerdo recurrente, una mirada, un extraño gesto, una propuesta... escribir hasta que los dedos se congelen, hasta que duelan, escribir hasta sangrar, escribir para abrir heridas, para cerrarlas, para cicatrizar momentos dolorosos... escribir para perpetuar el momento sublime, escribir una vez más mientras el reloj sigue corriendo y seguimos el transcurso de la vejez prematura... otra vez el tip tap, otra vez el recuerdo, de nuevo el gesto, la mirada perdida, el dulce re encuentro, las voces del pasado, el momento eterno en innegable... seguimos escribiendo para crear mundos, seguimos escribiendo para destruir otros, para erigir monumentos, para erigir poesías, para transformar paraísos... seguimos escribiendo sin pensar, mientras sigue pasando el tiempo... seguimos aquí, hasta que el cuerpo aguante y el tip tap cese...

2 comentarios:

VicToria dijo...

El problema de escribir tanto es que dejas una puerta abierta al pasado...

Claudia Mora dijo...

No mi querida LiKa, precisamente de eso se trata, de cerrarlas definitivamente :)